Los mercados de los jeans o pantalones vaqueros, para productores de países como Bolivia, están en particular en Europa y Estados Unidos. Hasta el año 2008, los micro y pequeños empresarios, asentados especialmente en El Alto y Cochabamba, vendían tales prendas a esos mercados.
El tema del comercio con Estados Unidos está en un largo suspenso. Ya se sabe que el rubro de los textiles es, precisamente, el que más se ha resentido con la pérdida de las preferencias que daba el país del norte. Lo de Europa merece consideraciones aparte para establecer qué es lo que ha frenado las ventas a España y Bélgica, a donde no se envía más los pantalones de mezclilla desde el año pasado.
El Centro de Promoción de Importaciones de los Países en Desarrollo (CBI) ha hecho un estudio que muestra las posibilidades que brinda el mercado de la Unión Europea para los jeans y que Bolivia haría bien en considerar y tratar de recuperar, cuando no de ampliar.
Si hay una prenda de vestir que se podría decir que es de primera necesidad en el mundo contemporáneo, ésa es el jean. Y los confeccionistas bolivianos han ganado pericia en el rubro. La Federación de Pequeños y Microempresarios de El Alto lo muestra: de las 12.000 microempresas asociadas, el 70% da forma a jeans para todas las edades.
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