Difícil situación para la industria textil de Panamá

La industria textil de Panamá está pasando un momento difícil, pues “se encuentra en cuidados intensivos y a punto de morir”.
Cuando en los años 80 movía exportaciones por US$20.6 millones de dólares, ahora no supera el US$1 millón en sus envíos anuales al exterior.
La caída ha sido estrepitosa. En la década del ‘90, Panamá era el líder en Centroamérica en exportaciones textiles, aseguró Augusto Corro Pinilla, presidente de la Asociación Nacional de la Industria de la Confección de Ropa.
Actualmente, países como Honduras obtienen mejor factura de sus ventas, que registró ingresos por US$77 millones el año pasado.
Corro señaló que con el cierre paulatino de las fábricas, muchos de sus dueños se dedicaron a la importación de productos textiles, principalmente de Zona Libre de Colón, y dejaron el negocio.
Además, no dudó un momento al indicar que la industria se encuentra “en cuidados intensivos” y subrayó que “si el Gobierno no hace algo para reforzar esta actividad, no podrán cumplir con los compromisos que vienen en el futuro”.

Manifestó que otra de las razones de este bajón es la falta de personal, ya que en los 90 en las industrias de textiles estaban contratados unos 30 mil colaboradores, pero que a medida que fueron cerrando las fábricas, también lo hicieron las escuelas que se dedicaban a la instrucción de este oficio.
Para el empresario, la situación es preocupante y afirmó que no se ha conseguido una cuota de exportación para la Comunidad Europea de 3.5 millones piezas porque no hay personal para confeccionarlas.
Resaltó que existen retos para la industria y entre ellos están el Tratado de Promoción Comercial que se firmó con Estados Unidos.
Los actores del sector textilero adelantaron que se van a instalar unas maquilas en Howard donde se necesitarán unas 3 mil personas, recalcando que desconoce de donde va a salir ese personal, tomando en cuenta que las fábricas que funcionan, necesitan al menos 300 personas.
Se necesitarán operarias que sepan coser en máquinas planas, de cierre, de ojales. También requerirán asistentes de corte, mecánicos de máquina, entre otros, áreas que necesitan capacitaciones.
Corro recomendó una serie de medidas para mejorar la industria textil, entre ellas que el Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano; el Ministerio de Desarrollo Laboral; el Ministerio de Desarrollo Social; la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa incluyan capacitaciones para sastrería, modistería u operarios de máquinas industriales.
Solicitó que se confeccione una ley especial de incentivos y exoneraciones en los insumos y las maquinarias; que se establezca un arancel más alto en la ropa importada, ya que Panamá tiene el más bajo de toda Centroamérica y Sudamérica.
Además, que se fijen intereses preferenciales para el sector textil en los préstamos y que el Gobierno que lleve políticas debe darle la primera opción a las empresas nacionales para que hagan uniformes, para que AMPYME los incluya en sus planes,m junto con la creación de una escuela práctica de costura.
Anució que desarrollarán un centro de capacitación de alta costura, con módulos de corte y de manejo de máquinas industriales, con una inversión por superior a los US$200 mil.
Juan Carlos Arroyave, gerente de Promedias, S.A., una de las fábricas con años en el mercado, precisó que ve con cautela los Tratados de Libre Comercio, ya que deben hacerse con países donde los niveles competitivos sean parecidos o complementarios.
Dijo que con Costa Rica es excelente por ser bilateral y ve con igual ventaja los que se hagan con las islas del Caribe, por ser mercados pequeños se adaptan a la capacidad de distribución de las industrias panameñas.
El caso del TLC con Estados Unidos, Colombia y Corea no los considera ventajosos, porque no podrían suplirlos, por no poseer la capacidad en maquinaria y recurso humano, siendo este último el principal problema que atraviesan las fábricas panameñas.

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