Conoce un poco más de Victoria Saravia

Una de las modelos uruguayas de mayor proyección

Tenía 12 años cuando su padre, Villanueva Saravia, entonces intendente de Cerro Largo, murió en extrañas circunstancias. Tenía 17 cuando la joven Victoria viajó a Montevideo a estudiar Odontología y en un pub, un booker (buscador de modelos) la invitó a sumarse a la agencia Valentino Bookings.

Hoy, morocha, ojos color miel, 24 años, 1,69 metros de altura. Ha trabajado no solo en Uruguay, sino en Argentina, Chile, Francia... hasta por Dubai desfiló su cuerpo y su rostro que tantos admiran.

El corazón, sin embargo, tiene dueño desde hace cuatro años y se llama Carlos Bueno, el delantero ex Peñarol. Después de varias idas y venidas y algunas separaciones, el amor ha sido más fuerte y hoy mantienen la relación a distancia. Bueno milita en la Universidad de Chile. "La llevamos muy bien, estamos acostumbrados a la distancia. Yo viajo mucho y estamos casi como si estuviéramos juntos", asegura la modelo a Sábado Show.

Extrañamente hincha de Nacional, blanca en política, aunque no milita, Victoria Saravia lleva con orgullo su apellido. Y le hace honor. "Tengo una personalidad fuerte, Soy de ir para adelante, sin importarme mucho lo que piense la gente. No me gustan los conventillos, ni eso de ir por atrás. Las cosas que me enojan o no me gustan, las digo, no hay problema", se define la morocha.

Así, critica cuando los organizadores de desfiles de modas traen modelos argentinas a pasarelas locales y le pagan 10 o hasta 15 veces que a las uruguayas.

Muchos le han señalado un parecido con la también modelo y argentina Zaira Nara, de 21 años. "En realidad, ella es más chica que yo. Así que el parecido lo tiene ella conmigo (risas) Fuera de broma, la comparación es un halago. Ella es muy bonita", responde.

Tal vez te gustaría parecerte más en la paga...

-(Risas) Sí, eso estaría buenísimo. Pero claro. Como soy de Uruguay, me llaman para un desfile y me dan bastante menos que a ella por el mismo trabajo. No es su culpa. Aparte, ella es la novia de Forlán y yo soy la novia de Carlitos Bueno. Para algunos, Diego Forlán es topísimo, no sos botinera. Pero si sos la novia de Carlitos Bueno ya estamos hablando de otra cosa...

¿Te han dicho botinera?
-No o sí. En verdad, hay un gran problema. No se sabe muy bien qué es ser botinera. Entiendo que es aquella chica que sigue a los jugadores, va a la concentración, al estadio, a los boliches donde sabe que están. No considero a la novia o esposa de un jugador como botinera. Yo, además, nunca fui así de soltera.

¿Cuándo supiste que querías ser modelo?
-A los 17, 18 años. En un pub, un chico como que me descubrió. Era booker de la agencia Valentino. Me preguntó si quería ser modelo. Yo no le creí, pensé que me quería sacar el número de teléfono, así que se lo pedí yo a él. Al otro día llamé y era verdad. Fui a la agencia y Carlos Cámara, el dueño, quedó copado, me hice un book y empecé. Empecé como un hobbie. Yo había venido a Montevideo a estudiar Odontología, en verdad

-¿Modelo es hoy tu profesión?

-Se puede decir que sí. Hace dos años que tengo cada vez más trabajo. No solo en Uruguay, sino que ha podido trabajar en otros países. Eso me hizo relegar un poco el estudio pero espero terminar el año que viene. Dejé Odontología y me metí en la carrera de laboratorista dental y también estudio periodismo en el IPEP. De ambas, me voy a recibir el año que viene. Eso espero.

¿Por qué periodismo?
-La carrera de modelo es corta, pero a mí me encantan los medios, la radio, la TV. Me gusta la actuación, también. Quiero aprender y desarrollarme en esas áreas.

¿Cómo definirías tu perfil como modelo?
-La modelo muestra un producto. Ahora estoy haciendo una campaña de una marca de encendedores y otras de ropa y lo que yo "vendo" es el producto. No vendo mi cuerpo; si tengo fotos en bikini es porque estoy mostrando un bikini. Ese es mi límite.

¿Qué es lo más difícil de ser modelo en Uruguay, en este momento?
-El prejuicio. Ser modelo es un trabajo. Si yo mañana hago unas fotos un poco hot o sexys, enseguida me pueden criticar. "Mirá a esta". O "una regalada". Ahora, si viene una campaña con Kate Moss desnuda, dicen: "Ay, qué divina". Porque es Kate Moss. Pero si soy yo u otra uruguaya, le caen con un fierro. Lo que no entienden es que yo puedo ir, hacer una producción X y cuando vuelvo a mi casa, soy la misma Vito de siempre.

¿El ambiente de las modelos es complicado?

-No… Yo me llevo bien con todas, algunas serán falsas conmigo y otras no. Tengo un grupo de amigas increíbles, que son todas modelos. Pero en verdad somos Fulana, Sultana y Mengana... No somos "modelos". Somos cada una con su vida, con su personalidad. Ser modelo es un trabajo.

¿Puedes vivir de él?
-En este momento sí, no me quejo. En Uruguay es difícil. Se puede conseguir alguna campaña porque en los desfiles se pagan muy poco. Si traen las modelos de afuera, ahí sí, a ellas le pagan 1.500 dólares, sin problema, no dicen nada. A nosotras no: 100 dólares y punto. Por suerte, trabajo mucho para afuera y lo otro es hacer comerciales o entrar en campañas. En esos casos, la paga es mejor.

¿Pensaste en vivir en Chile?
-Sí. Hay dos agencias de allá que están muy interesadas. Es un proyecto que puede concretarse el año que viene. Hay que ver qué pasará con mi novio. Si se queda en Chile o no.

Eres hincha de Nacional, ¿no te convenció todavía?
-(Risas) No. Y ahora no me convence porque allá tiene un cuerpo técnico (al frente de Gerardo Peluso) que es todo de Nacional. Hacemos reuniones y siempre nos reímos de eso.

¿Sos futbolera?
-Soy, me gusta.

¿Conocés la ley del off side?
-Sí, cómo no. Muchas veces miramos partidos con mi novio y con sus amigos, que son jugadores, y opino de igual a igual con ellos. Creo que tengo opiniones acertadas. Es más: llegué a jugar al fútbol en el colegio.

¿Capítulo celos?
-Mmm, qué tema. Él es muy celoso. Eso es un problema con mi trabajo, pero lo vamos llevando. Le explico que su trabajo tampoco es para no sentir celos. También soy celosa, pero menos... Ahí está el click de que a veces nos peleamos y la pareja ha tenido idas y venidas. Los celos desgastan un poco. Pero bueno, ¡el amor es más fuerte! (Risas)

¿Cómo vivís tu apellido?
-Orgullosísima. Saravia implica un peso importante en la historia de este país. Soy tataranieta de Aparicio Saravia. Y eso me llena de orgullo. Defiendo, además, sus mismos ideales.

¿Sos blanca?
-Sí, pero no milito, ni me gusta la política. Desde el día que murió mi padre, creo que en la política de hoy no hay nada serio. Me han llamado de un montón de correntadas, pero no me interesa entrar.

¿Cómo procesaste el duelo por la muerte de tu padre?, ¿Lo procesaste?
-Sí, mi familia y yo sabemos bien lo que pasó. Sabemos que no se suicidó y si bien fue doloroso, yo tenía 12 años, lo procesé con mucha convicción y amor. No fui a psicólogo, ni nada.

¿En el futuro qué ves?, ¿qué planes tenés?
-No soy de plantearme metas a largo plazo. Voy viviendo el día. Además, tengo qué ver qué pasará con mi pareja, dónde jugará. Si pensara solo en mí, encantaría estudiar y meterme cada vez más en la actuación. Me encanta. Ahora, espero hacer un papel chico en Adicciones (la ficción de Contenidos TV y Canal 12 para 2011) ya que me llamaron y tengo muchas ganas de hacerlo.

Fuente: elpais.com.uy

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