Borsalino y Panamá, elegancia en la cabeza

El tocado en la cabeza ha sido a lo largo de los tiempos un signo de distinción y una manera de marcar el estamento al que uno pertenece, hay tocados que son imprescindibles con el cargo como por ejemplo el tricornio de la Guardia Civil, la tiara papal o el blanco casco de los antiguos urbanos. Pero también en la vida civil el elemento que cubre la cabeza marca la pertenencia a una determinada clase y durante años los obreros se tocaban con una ligera y proletaria gorra con visera mientras las clases medianas y altas cubrían su cabeza con un sombrero de fieltro y, generalmente, ala ancha.

Actualmente el sombrero se ha puesto de moda, la tendencia a cubrirse la cabeza con un pequeño sombrero de escasa ala se viene imponiendo entre los más jóvenes pero a mí los sombreros que realmente me fascinan son los de siempre, esos fieltros de toda la vida cuya ancha ala casi tapa los ojos de la persona que los lleva y, por encima de todos, me encantan los “Borsalino”, aquel modelo de sombrero que lucieron espléndidamente Alain Delón y Jean Paul Belmondo en la película del mismo nombre que sirvió para popularizar entre el gran público el nombre de este mítico sombrero.

El primer sombrero “Borsalino” lo confeccionó en 1857 en la ciudad piamontesa de Alessandría su creador, Giuseppe Borsalino. Este italiano creó un imperio, hoy también hacen cascos de moto y producen fragancias, a partir de las anchas alas de un sombrero que rápidamente tuvo amplia aceptación en un gran número de hombres. Borsalino esparció su marca de sombreros por todo el mundo, en Estados Unidos compitió con Stetson, marca de referencia en el mundo americano, y en la City londinense fueron innumerables los sombreros estilo “bombín” que cubrieron las cabezas de los hombres de negocio de Londres. Fue tal la expansión de Borsalino por el mundo que en vísperas de la primera Guerra Mundial su producción sombrerera superaba los dos millones de sombreros fabricados y vendidos. Y todo gracias al diseño de sus modelos y a la calidad de su suave fieltro procedente especialmente de pelo de conejo o liebre.

Pero como todo también la moda de tocarse la cabeza con un sombrero ha tenido sus idas y venidas. A finales de 1.940 los hombres dejaron de tocarse con sombreros, en España, recién salidos de una guerra fratricida, las sombrererías colocaban un cartel en sus escaparates que decía “los rojos no llevaban sombrero” con el fin de azuzar entre sus posibles clientes las ansías de llevar un toque de distinción sobre la cabeza, en aquellos días grises de la postguerra tan sólo los hombres de las clases acomodadas salían a la calle ataviados de tal guisa, el resto ya hacía bastante con estrujar su ingenio para encontrar el modo de llevar a casa un plato de lentejas.

Hoy Borsalino es una marca sinónimo de buena hacer y elegancia pero en los años 30 sus sombreros fueron emblemáticos. En todo aquel cine de serie “negra” de los años del blanco y negro los gángsters cubrían su cabeza con uno de estos sombreros de ala ancha, son infinidad los actores a los que recordamos tocados con uno de los modelos de la casa italiana, pero fue en 1970 con el estreno en los cines de todo el mundo de la película “Borsalino” cuando la mayoría comenzamos a saber el nombre de estos míticos sombreros de suave fieltro que, generalmente, se fabricaban en color gris o negro y con la cinta de la copa anudada al lado izquierdo.

Pero también el cine nos trajo otro modelo de sombrero, en la pantalla grande de los cinemas veíamos a los actores que interpretaban personajes arraigados en Latinoamérica con blancos sombreros, también de ala ancha, hechos con hilo trenzado procedente de una determinada clase de palmera y que eran compañeros inseparables de los trajes de lino blanco que el actor vestía. Eran los conocidos como sombreros “Panamá” que también resultan ser un plus de elegancia en quienes los lucen. El “Panamá” muchas personas desconocen que se fabrica en Ecuador, según dice la leyenda se les denomina con el nombre del mítico canal porque en la inauguración del mismo Teodor Roosevelt, Presidente de EE.UU., lució uno y le denominó “sombrero panamá” creyendo que estaba hecho en el país en el que se encontraba, y desde entonces, y para la historia de la sombrerería, todo el mundo le sigue llamando de esta guisa.

Los “panamá” están confeccionados totalmente a mano, de manera artesanal, y utilizando para ello la denominada “paja toquilla”, los más apreciados son los que provienen de la localidad de Montecristi donde el grado de humedad existente hace que las palmeras autóctonas produzcan una paja mucho más flexible lo que hace de los sombreros hechos con la misma un excelente producto que, después de cualquier circunstancia, vuelve a su forma original, incluso alguno de los modelos se vende doblado e introducido en un tubo y al sacarlo queda perfectamente redondo e intacto. Borsalino también fabrica estos sombreros en Ecuador y son, como en los de fieltro, la marca de referencia en el mundo del tocado masculino y femenino ya que no podemos olvidar el perfecto toque de elegancia que da a una mujer lucir en su cabeza un sombrero de estas características.

Quería ver y tocar estos míticos sombreros y para ello me acerqué hasta Mathevs, en la Avenida de la Diagonal barcelonesa, allí Francesc Mateo, me atendió de manera exquisita mientras me explicaba que el sombrero debe ser de ala ancha y que todos estos modelos que hoy están saliendo al mundo de las tendencias, pequeños y con ala estrecha, no cree tengan éxito con el paso del tiempo. El sombrero nació para cubrir necesidades, por un lado proteger del frío en invierno y por otro, al llegar el verano, de los rayos solares cada día más nocivos. Mateo es un perfeccionista y un enamorado de su trabajo, iba tan sólo para ver los “Borsalino” y hablar de ellos, y durante horas estuvimos charlando sobre elegancia, un concepto que está perdiéndose día a día, de las dificultades del trabajo artesanal debido a la falta de especialistas que sustituyan a los actuales cuando estos lo dejen, de tiendas emblemáticas de todo el mundo, de hoteles con un encanto especial y, naturalmente, también de sombreros.

Nada más bajar los escalones que dan paso a ese templo de la elegancia que es Mathevs encuentro unos sombreros hechos por Borsalino, son ejemplares típicos en gris o negro, en fieltro pero también uno en el que se ha utilizado la piel de nutria para su elaboración, debajo del mismo puedo imaginar a la perfección la cabeza de un “capo” mafioso del Chicago de los años 30 pero también el noble porte de un elegante del siglo XXI. Algunos de estos sombreros son puros ejemplares de coleccionista, fueron elaborados para conmemorar los ciento cincuenta años de la marca, tan sólo hay 150 ejemplares de cada uno en todo el mundo y en la cinta de la copa lucen un pequeño lingote de oro, todo un lujo. Me enamoro de un negro y suave sombrero de copa mientras Rafa se viste de dandy de esta época con una gabardina igual a las que lucía Humphrey Bogart, una blanca pasminha de cachemir del Punjab y se toca la cabeza con uno de aquellos elegantes Borsalino.

Les prometo volver a escribir sobre Mathevs, un lugar en el que se respira esa elegancia que está desapareciendo y sobre Francesc Mateo, su propietario, una persona que ama lo que hace y con una amplia cultura que ha hecho que las horas de esa tarde pasada charlando con él se hicieran cortas.

CUMPLEAÑOS DE CASA ALFONSO
Comenzar la semana cantando el “cumpleaños feliz” no está nada mal en los tiempos que corren, así que el lunes dejé pronto el Gimlet y sus “copas ajenas” donde esta semana reinaba el Manhattan para acercarme a la calle Roger de Lluria donde el restaurante Casa Alfonso celebraba sus primeros 75 años. Muchas caras conocidas en este local puntero de la vida gastronómica barcelonesa, nada más llegar tropiezo con Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, que ha querido sumarse a la celebración, hablamos del porqué de la contratación por parte del Ayuntamiento que preside de Telma Ortiz, hermana de la Princesa de Asturias, y tira balones fuera esgrimiendo, según él, el amplio curriculum de esta señora que además habla catalán, también despeja balones fuera de la banda cuando alguien le pregunta sobre el desastroso lunes de la nevada y los JJ.OO. de Invierno, finalmente le aconsejo pasarse cualquier lunes a la caída de la tarde por las “copas ajenas” del Gimlet, más que nada para equilibrar ya que últimamente la asistencia se escora descaradamente a la derecha. Con una copa de cava en una mano y un plato de excelente jamón ibérico en la otra voy transitando por el local, saludo al actor Jordi Rebellón, ya saben el doctor con muy mala leche de la serie Hospital Central, en el comedor interior del restaurante habían retirado mesas y sillas para que deambuláramos mejor, brindo con Xavi Lanau y Ester Gallen de XXL, saludo a amigos, conocidos y colegas como Marius Carol de La Vanguardia mientras un dúo de guitarristas iba desgranando piezas clásicas a la espera de las palabras de los anfitriones, tomo una copa con Rosario y Montse, dos octogenarias hermanas mayores de Alfonso García el propietario del local, ellas son modistas y lucían un atractivo top en negro que se habían confeccionado aprovechando una mantilla de blonda, y llegaron los inevitables parlamentos, el hijo del propietario y actual regente del local agradeció la presencia de los asistentes, el alcalde animó a la saga familiar a seguir adelante con este restaurante que ya es una referencia en la vida ciudadana y vimos a la tercera generación que un día tomará las riendas del local, las dos nietas de Alfonso García, de trece y tres años, que aseguran la continuidad de Casa Alfonso donde dentro de un cuarto de siglo todos esperamos encontrarnos para celebrar su primer centenario. Tampoco faltaron restauradores como Carme Ruscalleda y Carles Gaig, ni ex futbolistas como Julio Salinas metido ahora a tertuliano televisivo.

EVOCACIÓN DEL PARALELO
Y de Casa Alfonso corriendo, en un taxi, a la Rambla de Santa Mónica donde durante este mes de Marzo se ha instalado una carpa en la que los “rambleros” reivindican con diversos actos esta peculiar y conocida mundialmente vía barcelonesa. Allí se daban cita ese lunes las “viejas glorias” que hicieron de Barcelona un referente mundial en el mundo del music hall. La carpa, una verdadera “bombonera”, recordaba míticos lugares como El Molino o la Cúpula Venus, la llenaban cerca de quinientas personas, la totalidad del aforo, fieles seguidoras de este genero musical que aplaudieron a rabiar todas las actuaciones. En funciones de maestro de ceremonias el conocido Joan Gimeno iba dando paso a las actuaciones y por el escenario desfilaron nombres que fueron famosos en las décadas de los 60 a los 80, la vedette Merche Mar, Cristine más joven que nunca, Carmen de Mairena y sus especiales interpretaciones de las coplas de siempre y Víctor Guerrero que rindió un merecido homenaje al recordado Madame Artur. Después de la apoteosis final, llena de plumas, boas y lentejuelas, nadie tenía ganas de marchar a casa y nos quedamos charlando, caras conocidas como ese estupendo actor que es Enric Majó, Joan Estrada, alma de estos actos, con su perro al que ha bautizado como Paul Naschy en recuerdo de uno de nuestros mejores “hombres lobos”, Dolly Van Doll que durante años rigió los destinos de la Belle Époque, uno de los locales más emblemáticos de transformistas de Barcelona, Romy que fue la musa de aquellos primeros años de lucha por las libertades, y algunos colegas de la prensa que en aquellos tiempos se encargaban de las páginas de espectáculos en la prensa diaria. Si están por Barcelona les aconsejo pasarse por esta carpa instalada al final de la Rambla, casi a los pies de la estatua de Colón, un trozo de la historia de esta ciudad se da cita estos días allí.

SERRAT SE RECUPERA MUY BIEN
El cantautor catalán Joan Manuel Serrat al que extirparon un nódulo en el pulmón en la Clínica Quirón de Barcelona el pasado día once fue dado de alta el lunes día quince y se recupera favorablemente en su casa. La gira de presentación de su último disco, “Hijo de la luz y de la sombra” sobre poemas de Miguel Hernández, se ha retrasado entre tres y cuatro semanas. Serrat tenía previsto iniciar sus conciertos el sábado 27 de este mes de marzo en Elche (Alicante) ya que este recital es el acto central de la conmemoración del centenario de Miguel Hernández. Al cantante le detectaron el nódulo pulmonar cuando le practicaban un control rutinario. Le operó el cirujano torácico Laureano Molins que ha especificado que esta operación no guarda relación con las patologías previas del paciente. En noviembre de 2004 Serrat fue operado de un cáncer de vejiga. Serrat tiene firmados treinta y cinco conciertos por toda España que iban a durar hasta finales de octubre. Ahora “el nano”, según el equipo médico que le atendió, tiene que recuperarse y es preciso para que esté en plenas facultades que repose en casa de tres a cuatro semanas. Serrat, de todas maneras, por su fuerte complexión, es posible que nos de alguna sorpresa y antes de las fechas que manejan los médicos empiece con sus conciertos. Sabemos también que no es un kamikaze y es lo suficientemente responsable como para dar tiempo al tiempo para iniciar su gira en plena forma. Le deseamos que vuelva pronto. El disco es perfecto, una maravilla y a mi manera de entender me llega más que el primero, claro está que la vida evoluciona y las “Nanas de la cebolla” siempre formarán parte del hilo musical de mi vida. Ahora con “Hijo de la luz y de la sombra” ya no sé con cual quedarme de sus canciones. De momento está sonando en casa a todas horas, enterito. Espero ver a Serrat cantando en directo con este nuevo Miguel Hernández.

CIRCO Y CABARET EN EL MONTSENY
El próximo 26 de marzo La Troba Kung-fú con su actuación en una de las carpas que el Circ Cric tiene instaladas en Sant Esteve de Palautordera dará el pistoletazo de salida al “Festival Circ Cric al Montseny” donde hasta el 11 de Junio será posible presenciar actuaciones de payasos, clowns, música, marionetas, cantantes o equilibristas procedentes de todo el mundo. Los viernes serán las noches de cabaret con el “Cabaret Coluche” en memoria del que fue un gran transgresor de la vida y la cultura francesa, por el escenarios pasarán, entre otros, nombre tan conocidos como Gerard Quintana, Pepa Planas, Leo Bassi y Els Amics de les Arts. Los sábados y domingos las sesiones adquirirán un carácter más familiar, cada sábado Claret Clox junto con Los Galindos, Circ Los y Pau y Sabanés pondrán en escena “La història del Circ de Philippe Craconi”, una historia del arte circenses desde el comienzo de los tiempos hasta nuestros días y los domingos Tortell Poltrona junto con La Banda del Circ, la Señorita Tita y Pau Sarraute escenificarán “Postclàssic” una antología de los mejores números de Tortell Poltrona. Con este cartel y este elenco valdrá la pena acercarse a las carpas del Circ Cric instaladas en plena naturaleza.

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