Guerra a los tacones













Frente al reinado de los «stilettos», diseñadores y «celebrities» apuestan por el zapato plano. Pero atención, su uso prolongado también puede resultar perjudicial
Ya en 2007, Victoria Beckham «dictaba» sentencia con su ¿exitoso? libro «La importancia de ese centímetro y medio de más». Hablaba, cómo no, de esos taconazos infinitos, imposibles, que tanto le gustan, y de las maravillas de vivir encaramada a ellos. Llegó incluso a lucir los tacones más altos, sin tener tacón, de la historia de la moda. Recuerden si no esas botas en cuero negro, con plataforma y sin tacón, de aspecto marciano, poco estético y apariencia imposible de llevar. Su autor era el italiano Antonio Berardi, fuente de inspiración de Olivier Theyskens y los botines, también sin tacón, que presentó en su colección para Nina Ricci. Sin embargo, el no-tacón, pero sí indecentes plataformas, no parece haber triunfado.
Clásicos al poder
Sin embargo, una cosa está bien clara: a salones y «stilettos», ésos que comenzaron a estar de moda entre las mujeres en los años 30 y que han ido ganando altura y adeptas casi enfermizas –sobre todo tras el éxito de «Sexo en Nueva York»– a medida que ha ido pasando el tiempo, les ha salido un duro competidor: los zapatos planos.
No es una auténtica novedad, pues hay casos de sobra conocidos de fans de lo plano, al menos de día. Carolina de Mónaco y las infantas Doña Elena y Doña Cristina son, desde hace años, clientas habituales de los clásicos Gommini (mocasines con suela de goma) de la firma italiana Tod’s. También Carla Bruni luce a menudo, y en su caso por cuestiones de protocolo (no superar a su marido en altura), las bailarinas de Dior o Roger Vivier. Incluso la Princesa de Asturias «se bajó» este verano de sus célebres tacones para calzarse unas bailarinas de la firma española Pretty Ballerinas. Que nadie piense, por ello, que es el fin de «esos centímetros de más», que diría «Vic».
Una lucha «fashion y abiertamente declarada. Habrá quienes piensen que, por fin, la funcionalidad ha ganado a la sinrazón; otras aludirán a los motivos de salud, pues la ciática y otras lesiones de pies asociadas al uso excesivo de tacones afectan cada vez a más mujeres; y habrá también quienes piensen que si algún poder tiene la moda es el de convertir en «fashion», de repente y sin previo aviso, algo que hasta entonces no lo había sido.
Pues bien: los zapatos planos, y originalmente asociados a la estética masculina, triunfan. La prueba irrefutable la marcan diseñadores como Giorgio Armani, Michael Kors o Tommy Hilfiger, que no han eliminado los tacones de sus recientes desfiles, pero sí han dado especial protagonismo a los zapatos planos y con cordones, tipo Oxford y Spectator, en el caso de los dos primeros, y mocasines en ante y de aire náutico, en el caso del segundo.
Además, marcas de lujo como Furla o incluso el icono de los «taconazos» imposibles, Christian Louboutin, se han puesto al nivel del común de los mortales por una temporada y firman piezas con cordones y de innegable aire masculino. Pero no son los únicos. En España también nos hemos dejado llevar por esta tendencia anti tacón. De hecho, Juan Duyos ha contado en su último desfile con una reedición de los míticos castellanos en piel dorada, mientras que Lydia Delgado hace lo propio con los Oxford de Mascaró en su colección primavera-verano 2010.
Es cierto que, durante años, la relación del tacón con la sensualidad de la mujer ha sido directamente proporcional, y que hasta no hace mucho las bailarinas eran la única licencia «políticamente correcta» aceptada para que una mujer pudiera ir cómoda y «chic», pero ahora basta echar un vistazo a las fotos de las famosas para sorprenderse.
Sienna Miller adora su par de zapatos blancos y con cordones de Rupert Sanderson; la rubia Kate Bosworth luce encantada sus Repetto, y Mischa Barton, otra «sufridora» de los taconazos, sólo se deja ver con sus Christian Louboutin amarillo flúor. Pero no por ello dejan de combinarlos con el bolso «It» de la temporada de Prada o incluso con vestido, y en la alfombra roja, como hace un par de meses hizo Emma Watson.
Victoria se resiste
Tacón o no tacón. Ésa es la cuestión. Las «heel women», como se hacen llamar las incondicionales del tacón, siempre podrán decir lindezas como que hacen los pies más pequeños, que tonifican los músculos del glúteo o que mejoran la postura. Pero ahora han encontrado la horma de su zapato.
Un número creciente de «fashionistas» que, aun siendo conscientes de que el uso prolongado de zapatos planos también puede derivar en lesiones, ha aceptado que calzar de forma cómoda puede resultar aún más «cool». Poco a poco, todas irán «cayendo» en las garras de la nueva sofisticación. Menos la señora Beckham. Aunque torres más altas hayan caído. Eso, seguro.

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