Caso Chileno: Julia Garrido, microempresaria en la adversidad

















La vida de la señora Julia Garrido ha sido difícil. A sus cincuenta años ha sacado adelante completamente sola a sus cuatro hijos, hoy ya todos mayores de edad. Gracias a su fuerza, perseverancia y ganas de superarse se ha abierto camino y hoy tiene su propia microempresa: Confecciones Corcel.

Por Susana Freire / La Nación

La mala fortuna la llevó a dedicarse a la hechura de manteles, cortinas y cubrecamas. Esta porteña de nacimiento estudió Técnico en Educación de Párvulos y trabajó en ello hasta el año 86. Sin un empleo estable postuló como auxiliar de aseo en un hospital de Valparaíso, donde destacó por su capacidad de emprendimiento. Gracias a sus ganas de surgir en la vida el mismo hospital le pagó un curso de auxiliar de enfermería y arsenalera. “Fue así como trabajaba y estudiaba”, recuerda la señora Julia sentada frente a su máquina de coser. Con el paso del tiempo la recomendaron para una clínica privada de la capital, donde trabajó por casi siete años. Ahí conoció a la señora que hasta el día de hoy cuida por las noches en su domicilio particular.

“Empecé a dedicarme a la costura, hace 8 años, por necesidad. Fui a cobrar mi sueldo de la clínica, me asaltaron y me dejaron sin un peso, no sabía qué hacer para subsistir todo el mes, que justo era diciembre y se venía la Navidad. Ahí fue cuando una vecina me dio el dato de que podía comprar tela para manteles y venderlos, y como tenía una maquinita de pedal no lo pensé dos veces y me puse a hacer delantales para salir adelante. Me gustó y me compré otra máquina”, dice esta microempresaria. Agrega que con todas las ganas de empezar esta nueva empresa se lanzó a promocionar sus productos.

Hoy por las noches y los fines de semana cuida a una señora y por las tardes se dedica a terminar los pedidos de delantales, manteles, cortinas de baño y cubrecamas de muy buena calidad y bellos diseños.

Asesoría de la U de Chile
Buscando apoyo para su negocio la señora Julia tocó puertas en la municipalidad de su comuna. Ahí la inscribieron y primero la acogió Cenda capacitándola en diferentes temas de interés para un emprendedor. Luego la recomendaron para la Clínica del
Microempresario de la Universidad de Chile. Fue así como conoció a las alumnas de Ingeniería Comercial de la Facultad de Economía y Negocios Valentina Abuid y Marta Peters, y al estudiante de derecho de la misma casa de estudios Felipe Pozo. Los tres la asesoraron este año. Y la señora Julia saca cuentas alegres. “Ahora veo ganancias”, dice.

“Cuando me visitaron (los alumnos) me preguntaron cómo sacaba los costos y les expliqué que compraba la tela y si gastaba 10 mil pesos cobraba 20 mil por el trabajo. Ahí fue cuando ellos me explicaron que tenía que considerar la luz, la locomoción y todos los detalles y gastos que tenía para la confección de la prenda. Eso fue lo principal que me enseñaron. Por otro lado, Felipe me guió en el tema de iniciación de actividades y el de la patente”, comenta esta microempresaria.

-¿Ha visto cambios favorables con las asesorías?
-Me ha ido mejor porque me queda más plata. Además que ellos me subieron la autoestima. Yo me sentía como un puntito chiquitito ante las personas, y ahora tengo mi propia marca y quiero que la conozcan. Con las tarjetas de presentación me ha salido bastante clientela. También me están haciendo una página web para hacerme más conocida.

-¿Cuáles son sus sueños con Confecciones Corcel?
-Que mi marca se conozca, vender grandes cantidades a los negocios y tener mi propio taller y tienda, pero son muy caros los arriendos. También dar a conocer que los productos ciento por ciento chilenos son buenos.

Radiografía a confecciones Corcel
Cuando las alumnas de Ingeniería Comercial tomaron el caso de la señora Julia, la primera radiografía que sacaron fue que esta microempresaria no tenía un registro continuo y detallado de los materiales que compraba ni los productos que vendía. “Ella no lograba conocer realmente el costo de sus productos, cuáles productos se vendían más y cuál era su ingreso mensual por la venta, lo que se potenciaba por el hecho de que ella mezclaba los costos netamente de su negocio con los gastos del hogar, impidiendo que supiera con certeza cómo gastaba su dinero. También la señora Julia no consideraba el cálculo del costo de sus productos, como la luz y la locomoción en la que incurría para producir”, explica Valentina Abuid. Agrega que otro punto a trabajar fue el tema de la publicidad de sus productos y servicios, la que era casi nula. “Sus clientes eran los mismos de siempre y rara vez lograba otro gracias a la recomendación que sus actuales clientes hacían por su excelente confección y servicio”.

-¿Cuál fue la estrategia de trabajo que desarrollaron para ayudar a la señora Julia?
-En el comienzo entregamos a la señora Julia una planilla detallada para que fuese registrando sus gastos en materiales y sus ingresos por la venta de productos. Luego, al darnos cuenta que cobraba distintos precios según el cliente y la ocasión, le pedimos que anotara estos precios para que formara una lista de precios formal y más estándar que le facilitaríá el cobro. También le sugerimos volver a hacer tarjetas de presentación para que diera a conocer su trabajo a más personas, lo cual hizo y ya le ha traído gratos resultados.

-¿Cómo fue tu experiencia al trabajar directamente con un pyme, siendo aún estudiante?
-La experiencia es totalmente positiva, porque es enriquecedora para ambas partes. Por un lado, si bien aún no tenemos todo el conocimiento técnico y la experiencia laboral suficiente, ya contamos con herramientas y voluntad para empezar a mejorar su negocio. Creo que lo principal es darle las bases, la motivación y la confianza de que es posible hacer crecer sus proyectos. Y por otro lado, el poder trabajar en proyectos reales, que en verdad serán útiles, es sumamente desafiante y enriquecedor, porque aprendemos aspectos de los negocios y de la vida en general que sólo se logran conocer y entender en la práctica, gracias a la ayuda de los microempresarios.

DATO

Confecciones Corcel

confeccionescorcel@gmail.com

(09) 361 8891

(02) 930 2490

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