Chile: Oficios del pasado: La costurera de banderas















Cuando la Presidenta Michelle Bachelet realiza alguna cadena nacional, Luisa no se la pierde. Pero a diferencia del resto de los chilenos, ella no sólo escucha a la Mandataria, sino que clava sus ojos en la bandera que la acompaña a un costado y que lleva bordado el escudo nacional en el centro. Entonces sonríe a solas con orgullo, pues aunque nadie lo sepa, ese trabajo fue hecho con sus propias manos. De hecho, tiene certeza de que los detalles en las alas del cóndor es un efecto que sólo ella le da a sus obras con su máquina de coser.
Luisa Briones (58) ya no recuerda cuántos años lleva en el oficio de confeccionar banderas y estandartes, pero tiene claro que ha dedicado toda su vida a ello.
Por estos días en Mundo Bandera, taller donde labora hace tres años, los pedidos de símbolos patrios las tienen sin respiro. Si en meses de verano -donde hay menor demanda- realiza con su colegas alrededor de 40 trabajos, en estas fechas los clientes se cuadruplican.
“Debe ser porque el chileno deja todo para última hora. Pero para mí no es problema trabajar porque yo amo mi oficio. Es tan entretenido que simplemente no me veo haciendo otra cosa”, comenta Luisa.
Con apenas 17 años tomó su primer curso de costura -pagado por su padre- siendo la primera de los Briones en dedicarse a este oficio.
Estuvo 37 años en el taller de don René, quien debió cerrar su negocio. Por dos años sus vecinos le encargaban diversos tipos de banderas, tanto para colegios como para particulares. Pero con sus años de experiencia y sus ganas de trabajar bastó que enviara un mail ofreciendo sus servicios para que en 20 minutos sonara el teléfono ofreciéndole un empleo. Desde entonces llega sagradamente al taller de Mundo Bandera.
Ahora su hija, Nicole, la acompaña en sus confecciones. Luisa sostiene que desde que la joven la empezó a ayudar a cortar las telas supo que el futuro de ambas estaría unido profesionalmente.
Hoy no sólo lleva seis años en el oficio, sino que es jefa en el taller en que ambas trabajan. Juntas confeccionan todo lo que los clientes les piden, destacando la calidad y detalles de sus costuras y la exclusividad de sus productos.
Y es que para Luisa fabricar una bandera es todo un arte y por eso está orgullosa de que el producto de su oficio esté en todas partes. “Cuando camino por la calle y veo alguna bandera flameando me detengo a mirarla. Me gustaría que la gente supiera el gran esfuerzo que hay detrás y se preguntara ¿quién la hizo?”, comenta.
Con mayor razón cuando se trata de nuestro emblema patrio. De hecho, aprovecha de establecer las abismantes diferencias entre las que ellas confeccionan y las que venden en la calle “a luca”.
“Primero está la calidad de tela. Las que venden en la calle son de tela muy delgada que se rompe fácilmente. No tienen, además refuerzo para el mástil. Las nuestras no sólo lo poseen, sino que llevan una argolla cromada”, dice. Por último -y gran detalle- es la confección de la bandera y de su estrella. “A diferencia de las que se comercializan en las veredas, que tienen las piezas recortadas y cosidas, nuestras banderas chilenas tienen una estrella hecha en una tela aparte y que es creada con un punto especial de la máquina (zig-zag). Luego esa estrella dibujada a puntadas sobre la tela blanca es cortada y cosida sobre la bandera. “Es decir, no hay comparación”, asegura. Y sus clientes piensan lo mismo.

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Comentarios

  1. Saludos y felicitaciones para ud. Sra. Luisa y su hija Nicole
    balcon(en)123mail(punto)cl

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