Colombia:¿No es intento de bloqueo económico?

La crisis con Venezuela y Ecuador, aunque de distintas características, tiene facetas diversas.
Una es la de seguridad, que es la más visible. El bombardeo del campamento de 'Reyes' en Angostura, la presencia de jefes guerrilleros en estos dos países, la revelación de los cohetes suecos que salieron de Venezuela para las Farc, lo cual fue un chorro de babas de nuestra Cancillería; las revelaciones infinitas del computador de 'Reyes', las diferencias sobre la calificación de grupo terrorista para las Farc, la judicialización del ex ministro Santos en Ecuador, son temas que cada uno de ellos implica, de por sí, un abismo, para buscar terrenos comunes. Los países que han tenido conflictos internos siempre padecen en las fronteras y en los vecinos inmensas dificultades. Pero en todos los casos, como el de hoy de Pakistán y Afganistán, es la cooperación lo que ha ayudado a combatir el terror. Hay locatos que creen que satisfacen al Gobierno y que creen que estos asuntos se solucionan amenazando con denunciar ante la Corte Penal Internacional o ante la OEA a los mandatarios de los países vecinos.
Otra faceta es el embrollo sobre el acuerdo con Estados Unidos de permitir usar bases aéreas colombianas por agencias o fuerzas de ese país, que tiene que ver con seguridad, sin duda, pero también con la visión colombiana de las relaciones internacionales. Esta visión privilegia a E.U. por encima de Suramérica, independientemente de lo que le retribuye aquel a Colombia con esta actitud.
Una faceta más es la comercial, que se ha relegado a un lugar secundario y que, en mi concepto, es la de mayor profundidad y gravedad. Hay dos temas para mirar en este asunto. Uno es el de los problemas de los exportadores colombianos por los retrasos en los pagos del sistema Cadivi, que tiene deudas por más de 275 millones de dólares a más de seis meses y 400 millones en mora.
Los exportadores a Venezuela están pasando aceite por estas deudas y reduciendo personal. Están incumpliendo a proveedores nacionales de materias primas. Quienes trabajan en las fábricas, en especial de confecciones, son mujeres, muchas de ellas cabeza de familia, que maquilan prendas para mayoristas.

Estuve en Cali, en el norte del Cauca y en el Atlántico viendo los problemas de estas personas. El Gobierno debería revisar la línea de crédito de Bancoldex y facilitar las garantías para que los exportadores que tienen pagos pendientes tengan el apoyo de la entidad para refinanciar sus deudas y seguir trabajando sin despedir personal.
Pero el otro asunto es crítico. El presidente de Venezuela ha insistido por todos los medios en que va a suspender las compras a Colombia, ha tomado ya medidas para restringir la venta de gasolina, lo ha dicho a los cuatro vientos y en esto el gobierno colombiano tiene que reaccionar y no lo ha hecho. Revisé legislación internacional y conceptos sobre lo que es bloqueo económico y me parece que es algo muy parecido a lo que pretende imponer Venezuela. Es criterio aceptado que todos los Estados deben abstenerse de ejercer presiones económicas, políticas o de otra índole en sus relaciones internacionales, acogiéndose a lo que en tal sentido proclama el artículo 2, apartado 4, de la Carta de Naciones Unidas, que prohíbe la agresión económica. Igualmente, en 1974, la Asamblea General de las Naciones Unidas, al adoptar la definición de agresión, expresó que la agresión económica es la intervención de un Estado en la vida económica de otro, mediante medidas de presión, en las que se encuentra el bloqueo o boicot económico.
Ahora que el presidente Uribe ha sido de nuevo invitado por Unasur a explicar lo de la relación con Estados Unidos debería llevar, si es que asiste, otros temas que vayan más allá de fotos de armas o de hallazgos en el computador de 'Reyes' y plantear, más bien, este asunto tan delicado, como lo es el intento de aplicar una especie de boicot a los productos colombianos. Ese debería ser el tema central que Colombia ventile en Unasur o en otros escenarios. Los intereses más sensibles de los colombianos que viven de su trabajo en la frontera y del comercio con Venezuela son los verdaderamente afectados con el bloqueo que pretende imponer los cambios del estado de ánimo de un presidente.

*Precandidato presidencial por el Partido Liberal


Rafael Pardo Rueda*


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