Nuevo hábito de consumo de prendas en Unión Europea


Quizás la crisis no afecta el período de renovar de estilo o look, si no a la calidad y materia prima de productos. El comercio de la moda en los países de la Unión Europea es mucho más ágil y versátil. Las grandes firmas tienden a fabricar prendas más duraderas que se puedan mezclar y facilitar la adaptación a varios tipos de look.

Según los especialistas de WGSN, Funcionarios de el Gobierno británico ligados a este sector y que han aprovechado la ‘Semana de Moda de Londres’ (‘London Fashion Week’) para lanzar un nuevo plan de denuncia del impacto ambiental de la creciente tendencia de moda “desechable” y de bajo precio que existe en el país. El Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (Defra) ha puesto en marcha Roadmap, una asociación que apoya el desarrollo de la “ropa sostenible” y que reúne a más de 300 organizaciones entre comercios minoristas y grandes cadenas de tiendas.

La industria textil es un sector que reporta importantes resultados económicos; sin embargo, se trata de un segmento de actividad cuyo crecimiento implica graves consecuencias medioambientales y éticas, principalmente en lo referido a emisiones de CO2, desechos no biodegradables, uso intensivo de agua y condiciones de comercio y trabajo injustas, como denuncia Defra.

En opinión de Lord Philip Hunt, ministro de Ecología, "este plan de acción representa un esfuerzo que concierne a toda la industria de la moda, y tanto grandes marcas como fabricantes deben implicarse para cambiar la imagen del sector". Así, "los detallistas juegan un papel definitivo, ya que deben preocuparse de que sus prendas sean sostenibles. Todos deberíamos ser capaces de sentir que la ropa que compramos ha sido producida sin dañar el medio ambiente y en condiciones de trabajo aceptables, así como de tener la posibilidad de reciclar las prendas cuando ya no queramos hacer uso de ellas".

Una de las acciones más importantes afecta a los principales cadenas de distribución de Reino Unido, como Marks & Spencer, Tesco y Sainsbury´s, las cuales deben aumentar las secciones textiles de sus establecimientos dedicadas a las prendas de comercio justo y ropa orgánica, así como una correcta gestión de las prendas que finalmente no se vendan. Tesco también se ha comprometido a sustituir progresivamente sus proveedores de algodón por otros que compren la materia prima en países en los que no se violen y menoscaben los derechos humanos.

Por otra parte según el Journal du Textile, En Francia se esta creando un nuevo estilo y habito el llamado 'slowear', un nuevo hábito de consumo en el sector de la moda en Francia. Esta nueva tendencia de los consumidores galos se exalta por la exploración de tejidos con materiales que respeten el medio ambiente, una mayor duración de las prendas y cuyo proceso de fabricación se amolde a unas condiciones laborales y sociales justas.

También denominado slow fashion, es una moda que responde a una necesidad de consumir de otra manera. Sin duda, se trata de una reacción frente a la fast fashion, pero no sustituye ni se opone a ese fenómeno de adicción en el que el consumidor nunca está satisfecho. La fast fashion, que se esfuerza por inyectar novedades en el mercado de forma casi permanente para mantener el deseo de compra de los consumidores, sigue funcionando a la perfección en el mercado galo.

Pero es hora de que coexista con otros modelos de consumo y aparece el rechazo de la moda desechable. Por eso, sin olvidar los valores estéticos, los consumidores empiezan a buscar en las prendas de vestir otras cualidades, como la calidad de los materiales, de la confección, la durabilidad de la prenda o su utilidad. Al mismo tiempo, el consumidor es cada vez más sensible a cualidades como el respeto del medio ambiente y busca productos fabricados respetando unas condiciones laborales y sociales justas. En definitiva, se trata de comprar productos que nos servirán más tiempo, que podremos transformar según las tendencias mediante el uso de accesorios o las superposiciones.

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